El surf no sólo es un deporte, sino que al ejercicio físico se le suma el entorno natural donde se practica, el desarrollo de las capacidades cognitivas, la atención y la intuición pero, sobre todo, la unión con la naturaleza.
Son en esos momentos, enfrentándote a las olas, cuando todos tus sentidos se agudizan para domar el agua, hacerte partícipe de ella y disfrutar de aquello por lo que has luchado.
¿Y sabes qué es lo más bonito? Conectarse con la naturaleza e interpretarla para poder realizar la práctica.